

Konrad Lorenz nació en Austria en 1903, desde niño mostró un alto interés por los animales, dedicándose al estudio de la Zooloogía durante toda su vida. Fue el fundador del Instituto Max Planck de Fisiología, trabajos que lo llevarían a ganar su premio Nobel.
Uno de los temas más relevantes fue sobre el estudio de la Impronta, que desarrolló mientras observaba la conducta de crías de pato y de ganso recién nacidas, Lorenz detectó un comportamiento extremadamente llamativo: cuando salían del cascarón, los animales seguían al primer objeto en movimiento que vieran, independientemente de si éste era su madre o no.
Es decir que la impronta es el fenómeno posterior al nacimiento, en la cual los recién nacidos asumen quién es su madre con el propósito de imitar las conductas exitosas para su supervivencia. En Cultura Canina preferimos llamar a este momento el fenómeno sensible de aprendizaje, ya que las nuevas tendencias de la biología evolutiva han entendido este fenómeno como exclusivo para las aves
Hace algunos años nuestro rector y fundador Juan Pablo Páez Garzón tuvo la oportunidad de viajar a Austria, específicamente a Altenberg. Un hermoso pueblo al lado del Río Danubio en donde Lorenz creció y desarrolló sus primeras ideas que le consederían el premio Nobel de Medicina en 1973.
Queremos compartir con ustedes este grato recuerdo que nos dio fundamento e inspiración en la estructuración de la filosofía de Cultura Canina.