LA HISTORIA EVOLUTIVA DE NUESTROS PERRITOS. COLEGIO CANINO Y HOTEL CAMPESTRE

Comprender el origen del perro es importante para nosotros porque de esta manera estaremos brindándole espacios y comportamientos propios de su especie que ayudan a reducir el estrés y la ansiedad como consecuencia de vivir en un ambiente distinto al de su proceso evolutivo. Siempre teniendo en cuenta que el recurso y las características sociales del lobo se basan en la identificación de este con nuestros perros.

La hipótesis más famosa sobre el origen del perro, explica el surgimiento de este a partir de la intervención humana mediante la selección y domesticación del lobo salvaje para usarlo en la caza y en otras funciones. Esta visión está presente en la obra de Darwin (quién sitúa erróneamente también al chacal como origen del perro) y en la de Konrad Lorenz (“Cuando el hombre encontró al perro, en donde también hay bastantes errores y deliberaciones”) y ocupa un lugar prominente en el discurso de profesionales y aficionados que desconocen los estudios de ADN mitocondrial.

Se pensaría ingenuamente que el perro actual sería el descendiente de los primeros lobos criados por los seres humanos para integrarlos en su sociedad aprovechando sus capacidades. De esta forma, consideraríamos erróneamente que nuestros primeros perros, fueron lobos.

Esto es con mucha probabilidad, FALSO!!!. La domesticación del lobo que se practica hoy en día en los centros de conservación es una ardua tarea que requiere mucho trabajo y dedicación. Entre otras cosas una separación temprana de la madre, la alimentación a biberón, para aprovechar el periodo sensible de aprendizaje junto a los humanos, y un esfuerzo constante durante toda la vida del animal para vencer su natural rechazo. Por otro lado, la domesticación consigue una determinada tolerancia del lobo hacia el humano, pero en ningún caso su adiestramiento para funciones específicas. El lobo no es adiestrable como lo es un perro. Sus procesos de aprendizaje son diferentes. El lobo recurre mucho más a la observación y apenas se le puede enseñar mediante el condicionamiento operante.

Desde un punto de vista antropológico, es difícil y absurdo entender las motivaciones de las sociedades prehistóricas en invertir tal cantidad de recursos –sobre la supuesta domesticación del lobo- en una afición con nula utilidad práctica para su supervivencia.

La hipótesis hoy en día aceptada mayoritariamente por biólogos evolucionistas, etólogos modernos y por CULTURA CANINA sobre el origen del perro es la de Raymond Coppinger, afirmando que nuestros primeros compañeros caninos, no fueron lobos originarios capturados y adoptados y domesticados para iniciar un proceso de cría a partir de ejemplares salvajes. Nuestros primeros perros fueron producto de una evolución de muchos años a partir de lobos que se adaptaron al nuevo nicho biológico que surgió como consecuencia de los asentamientos humanos.
De esta forma, cuando el cánido que ya ha evolucionado tanto como para no temer al hombre y poder integrarse plenamente en su sociedad, ya no es un lobo propiamente dicho, si bien sus antepasados sí lo fueron.

Los invitamos a que promovamos como la familia culta que somos este tipo de diálogos en los parques y con nuestros amigos perrunos. ¡Así todos tendremos una mayor comprensión objetiva sobre nuestros perritos y sus necesidades reales!

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