La felicidad en los perros es un estado de plenitud y satisfacción que surge en los momentos en que se suplen sus necesidades, no es gratis que es estos momentos sus sistema nervioso segreguen domamina, endorfinas y/o oxitocina.
Estas necesidades pueden ser primarias o secundarias.
Las satisfacción de las necesidades primarias se representan por medio de comportamientos que están ligados a la supervivencia de los mismos perros y también se presentan en sus primos evolutivos, tales como los lobos, los dingos, los chacales, los coyotes, entre otros cánidos.
Estos comportamientos son de orden biológico y deben manifestarse en ambientes propicios para su expresión. El patrón de comportamiento exploratorio es un claro ejemplo de ello, puesto que está relacionado con la alimentación, la satisfacción de una necesidad primaria y por ende su supervivencia, en donde están involucradas conductas como: olfatear, otear, rastrear, caminar, detenerse, escarbar, etc.
Otro ejemplo sobre la felicidad de los perros, esta relacionado con los patrones de comportamiento predatorio y antipredatorio, ambos íntimamente ligados a la supervivencia y expresados en la mayoría de los casos en los contextos de juego entre los perros por medio de conductas como: correr con la función de huir o perseguir otros perros y otros objetos en movimiento, morder, gruñir, rasguñar, ladrar, quedarse inmóvil, etc.
Si lo notamos, en ambos casos se presentan muchas conductas que en el ambiente natural de las especies son de libre expresión, pero que en nuestros animales de compañía No!
Debemos por ende procurar buscar la felicidad de nuestros perritos en espacios propicios para ellos y que se conviertan en hábitos semanales, sobre todo para quienes están encerrados en casa la mayoría del tiempo (más de 20 horas al día).
Los colegios caninos que brindan este tipo de oportunidades son muy escasos. Ya que se requiere de una comprensión etológica del análisis secuencial y homeostática de las expresiones conductuales inducidas en estos patrones de conductas para que el objetivo se logre y no se caiga en la sobreestimulación, saturación o se fomente estrés o ansiedad resurgente de las actividades.