Entendiendo la Cognición de Nuestros Perritos. Guardería Canina

El tema que trataremos es muy interesante, hablaremos acerca de la cognición Canina, un tema bastante novedoso y con muchos aportes para una buena comprensión del mundo de nuestros mejores amigos! 🐕

Los perros, como compañeros leales y hábiles, han sido objeto de interés en el estudio de los procesos cognitivos a lo largo de los años. La inteligencia canina se manifiesta en varios aspectos, incluyendo la memoria, el aprendizaje, la resolución de problemas y la comunicación. En esta semana, exploraremos algunos de los procesos cognitivos más destacados en perros, respaldados por investigaciones científicas.

La memoria es un proceso cognitivo muy interesante. Dedemos tener en cuenta que la memoria lingüística, es decir recordar eventos de manera verbal, es propia y exclusiva de los humanos.

La memoria tiene diferentes fases, tales como la consolidación de la información, el mantenimiento durante el tiempo y la evocación del recuerdo.

La memoria de los perros ha sido objeto de investigación extensa. Estudios han demostrado que los perros tienen una memoria a corto plazo confiable y pueden recordar eventos pasados y asociarlos con experiencias. Además, la memoria a largo plazo se ha demostrado en casos de aprendizaje y condicionamiento clásico y operante.

La memoria espacial es muy característica de nuestros mejores amigos, ellos recuerdan con alta precisión en donde esconden sus juguetes, huesos y otros artículos. También estimulados adecuadamente, tienen habilidades especiales que les ha permitido regresar a casa del parque o de otro sitio autónomamente.

Hay muchos sentidos los perros superan a los seres humanos en muchas habilidades. Esto ocurre debido a las presiones ambientales del proceso evolutivo de los Canidos.

El Aprendizaje como Habilidad Cognitiva

El estudio del condicionamiento clásico y operante en perros ha sido fundamental para comprender cómo estos animales aprenden y se adaptan a su entorno. Estos dos tipos de aprendizaje desempeñan un papel crucial en el comportamiento canino y son herramientas esenciales en el adiestramiento y la comprensión de los procesos cognitivos de los perros.

Condicionamiento Clásico:

El condicionamiento clásico, propuesto por el psicólogo ruso Ivan Pavlov, se basa en la idea de que los estímulos ambientales pueden desencadenar respuestas innatas o condicionadas. En el contexto canino, un ejemplo clásico es el condicionamiento del reflejo condicionado de salivación. Pavlov observó que los perros comenzaban a salivar no solo ante la comida, un estímulo incondicionado que provoca una respuesta natural de salivación, sino también ante estímulos neutros, como el sonido de una campana, si se asociaban repetidamente con la comida.

En el entrenamiento de perros, el condicionamiento clásico se utiliza para asociar un estímulo previamente neutral (como una palabra o un gesto) con una recompensa (como un premio o comida). Con el tiempo, el perro llega a asociar el estímulo con la recompensa y responde de manera condicionada a la señal. Por ejemplo podría ser cuando un perro asocia el sonido de un timbre con la hora de la comida y comienza a salivar en respuesta al sonido del timbre, incluso antes de que la comida esté presente

Condicionamiento Operante:

El condicionamiento operante, desarrollado por el psicólogo B.F. Skinner, se centra en cómo las consecuencias de las acciones afectan el comportamiento futuro. En el caso de los perros, este tipo de aprendizaje implica el refuerzo para moldear el comportamiento.

En el entrenamiento canino, se utilizan recompensas (reforzadores positivos) como golosinas, elogios y juegos para aumentar la probabilidad de que un comportamiento deseado se repita. Por ejemplo, cuando un perro se sienta cuando se le indica y recibe una golosina como recompensa, es más probable que repita esa acción en el futuro.

Por otro lado, los castigos (reforzadores negativos) se utilizan para disminuir la probabilidad de comportamientos no deseados. Por ejemplo, si un perro tira de la correa durante un paseo y se detiene cuando se aplica presión negativa en la correa, aprenderá a no tirar.

Ese tipo de aprendizaje no sólo explica cómo se adquieren los comportamiento, también herramientas necesarias para modificar la conducta de una forma respetuosa.

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